Crítica:
Filme de suspense con buen ritmo y actuaciones muy dignas, The numbers station es un thriller ambientado en una especie de base secreta subterránea del espionaje americano situada en una tranquila campiña inglesa. Nos cuenta la historia de Emerson, un agente de la CIA quemado por los muchos años de trabajo de campo en los que de ha dedicado básicamente a buscar y eliminar objetivos marcados por la agencia. Cuando un día se enfrenta al asesinato de un exmiembro de su mismo bando que se ha escapado y ocultado para poder vivir en paz y rehacer su vida, se da cuenta de que su modo de vida no tiene ningún futuro ni tampoco final posible.
Además en esa misión acaba por verse en la obligación de matar a una joven chica inocente descubriendo que no es ya capaz de hacerlo. Es entonces cuando la agencia decide exiliarlo a Inglaterra y destinarlo a la tranquila y rutinaria vigilancia y supuestamente protección de una experta en códigos numéricos que se dedica en turnos de 70 horas a radiar códigos secretos por un micrófono desde esta especie de bunker discreto h aislado. Estos códigos son recibidos por agentes de toda Gran Bretaña y les dan instrucciones sobre sus respectivos cometidos con un complejo sistema de cifrado que solo permite a cada agente descifrar sus mensajes.
Esta es la premisa con que se nos presenta The numbers station, y la verdad es que se hace difícilmente creíble, para empezar, tan arcaico y manual sistema de comunicación en el mundo de hoy en día. A partir de aquí, el filme construye una emocionante trama un tanto rebuscada que llevará a los dos protagonistas a plantearse muy seriamente cual es su verdadero papel en toda esta aparente rutina tras ser atracados por un grupo de profesionales sin escrúpulos decididos a usar esta vía de comunicación para manipular a los agentes encubiertos de la CIA dependientes de esta estación numérica.
Destaca como es habitual la credibilidad que aporta a su personaje el actor John Cusak, una vez más subiendo el nivel de un guión que francamente podríamos calificar de mejorable. Si bien la historia está hábilmente presentada y el personaje de Cusak goza de una buena puesta en contexto, el papel de su compañera de reparto, la actriz Malin Akerman, no está suficientemente definido más allá de sernos presentada como una idealista patriota que disfruta haciendo algo por su país y que en el filme no parece tener vida personal más allá de las gruesas paredes metálicas de la hermética sala des de la que transmite. Justamente ésta sala, junto con la férrea seguridad que la acoge y el ambiente de secretismo que transpira la estación numérica, son los puntos fuertes del filme, que sí consigue ponernos por momentos en la piel de este tipo de trabajadores que dedican sus vidas al estado, renunciando a una existencia normal en pro de la defensa de su nación, llevando una vida envuelta en una forzada discreción y rutina de aislamiento y soledad. Esto está magníficamente reflejado en la introvertida interpretación de Cusak, que si bien parece que si interacción diaria con la locutora de códigos puede aliviar por momentos la soledad de su alma, se impone la cruda realidad cuando éste coge plena consciencia de que su misión es tanto proteger a Katherine con su propia vida si fuera necesario, como evitar a toda costa que tanto ella como sus conocimientos caigan en manos del enemigo llegado el caso.
Podemos concluir que The numbers station consigue entretener, y es uno de esos filmes que se desarrollan en ambientes y escenarios reducidos, con una trama que se va desgranando poco a poco y que lleva al espectador a un constante equívoco hasta sernos desvelado el desenlace final. Adelece quizás de una ligera falta de química o tensión sexual entre los dos protagonistas, agravada por un guión que huye de todo lo romántico para no restar trascendéncia a la historia, aunque la situación claramente se preste a ello. Una vez más, un gran Cusak salva la película.
JORDI CIERCO
Imágenes:
Ficha técnica:
DIRECTOR: Kasper Barfoed
GUIÓN: F. Scott Frazier
MÚSICA: Paul Leonard-Morgan
FOTOGRAFIA: Óttar Guðnason
MONTAJE: Per Sanholt
VESTUARIO: Sian Jenkins
REPARTO: Malin Akerman, John Cusack, Hannah Murray, Liam Cunningham, Lucy Griffiths, Bryan Dick, Richard Brake, Joe Montana, Joey Ansah, Victor Gardener
DISEÑO DE PRODUCCIÓN: Ged Clarke
PRODUCCIÓN: Bryan Furst, Sean Furst y Nigel Thomas.
PRODUCTORA: Matador Pictures / International Pictures One / Furst Films
DURACIÓN: 88 minutos