John Mclane (Bruce Willis) viaja a Moscú para averiguar el paradero de su hijo Jack (Jai Courtney) que, lejos de lo que espera su padre, vive intentando proteger de forma secreta a Komarov, actual confidente del gobierno dispuesto a revelar información privilegiada sobre los años de la guerra fría donde junto a un político corrupto, Chagarín, urdieron un plan para robar plutonio de la central nuclear de Chernobyl.
Chagarín hará todo lo posible para que su compatriota no desvele toda la información que posee acerca de este robo que prevé tener consecuencias en la actual Moscú y como no podía ser de otra manera McClane formará equipo con su hijo para ayudarle en esta misión.
Bajo este contexto el director novel en la saga John Moore ( Max Payne, 2007) pretende que el espectador, una vez más, crea aquello de que casualmente el protagonista está en el sitio adecuado en el momento exacto para convertir su viaje a Moscú en un periplo interminable, lo cual hace que la película pueda pasar perfectamente por un simple film de acción sin necesidad de que en su título lleve el sello Jungla de Cristal.
Intenta aportar frescura descargando de protagonismo a Willis en favor de su hijo que, como no podía ser de otra manera, tiene las mismas aptitudes innatas que su padre, y lo único que consigue es quitarle la poca credibilidad y originalidad que tiene el guión.
Bruce Willis hace de John McClane por quinta vez, sin más, el mismo papel, los mismos tópicos y las mismas, aunque cada vez menos ingeniosas y originales, salidas de tono y frases características del personaje durante la saga que en este punto lleva al protagonista a ser una caricatura burlesca de lo que fue . No se le puede pedir mas puesto que la película, ni lo merece, ni puede pretenderlo con un guión que, salvo algún giro y de no llamarse Jungla de Cristal, estaría en la montaña de guiones descartados por cualquier productor de Hollywood.
La interpretación del hijo de McClane tampoco merece especial atención; músculos, testosterona y ser agente de la CIA no son características suficientes para destacar en ninguna película y en esta saga, menos todavía. Por el bien de todos es mejor recordar al actor por su papel en la serie Spartacus.
Pero no vamos a ser tan pesimistas; la acción como tal, es frenética, con persecuciones imposibles, tiroteos sin fin y situaciones al límite que hacen un poco mas digerible la película.
En resumen, para los amantes de la saga, más de lo mismo, menos creíble y con menos dosis McClanianas; para los no iniciados recomiendo encarecidamente que miren las dos primeras películas, le den una oportunidad a la cuarta entrega, si se ven con fuerzas, y el resto las pueden olvidar.
Esperemos ser la última vez que escuchamos aquel famoso Yippee-ki-yai hijo de puta de McClane al matar terroristas en sus películas, será una buena señal, significará que ya descansa en paz y como con nuestros seres queridos recordaremos solo los buenos momentos que con el pasamos.
FREIXEDAS
TÍTULO ORIGINAL A Good Day to Die Hard – Die Hard 5
AÑO 2013
DURACIÓN 97 min.
DIRECTOR John Moore
GUIÓN Skip Woods (Personaje: Roderick Thorp)
MÚSICA Marco Beltrami
FOTOGRAFÍA Jonathan Sela
REPARTO Bruce Willis, Jai Courtney, Sebastian Koch, Mary Elizabeth Winstead, Julia Snigir, Amaury Nolasco, Megalyn Echikunwoke, Cole Hauser, Anne Vyalitsyna, Yuliya Snigir, Melissa Tang, Pasha D. Lychnikoff, Radivoje Bukvic, Sergei Kolesnikov
PRODUCTORA 20th Century Fox / Dune Entertainment / Origo Film Group
WEB OFICIAL http://www.unbuendiaparamorir.es/
Viendo esta quinta entrega hace que tenga mejor opinión de la cuarta película. Guión muy flojo, bromas forzadas en los descansos de acción y en lugar de envejecer al personaje McClane parece que cada vez es capaz de acciones más inverosímiles. En vez de buscar lugares pequeños donde quedarse encerrado o bien seguir con los diálogos que hicieron famosa la saga, se convierte en un sin sentido de acción, como por ejemplo la extraña persecución del inicio.
Me ha sorprendido el hecho de que ahora, a su avanzada edad, el personaje de McClane aguante palizas mucho más fuertes que de las que aguantaba de joven, y manteniendo la cara de chiste. En las primeras entregas de la saga su sufrimiento y dolor eran parte importante de la historia, cuando en esta quinta entrega, no solo parece que no siente apenas dolor, sino que también le da absolutamente igual todo. No tiene principios ni preocupaciones, simplemente se apunta a un bombardeo como la mejor y más divertida opción para pasar el día. Increíble.
Igual de incomprensiblemente vacíos de contenido que el personaje de John, lo están también los villanos del filme, que ni se nos dibujan, ni se nos presentan como es debido. Supongo que la incesante acción y las fojas bromas fáciles no dejan tiempo al desarrollo y desgranaje deseable de la trama.
Estoy de acuerdo en que el filme se aguanta por la espectacularidad visual de sus escenas de acción, que realmente tienen momentos destacables, aunque como la trama, rozan en demasiados momentos el absurdo. Poco aporta el joven McClane, que no pasa de ser un «cachas» con ojos azules cuyo carisma no llega ni a la suela de los zapatos del del veterano Willis.
McClane tiene un pasado que le hace merecedor de un respeto que no puede llegar a perderse por mucho que la saga sea maltratada por guionistas poco motivados y directores sin excesivo talento más allá del de llenarse los bolsillos. Así, personalmente seguiré acudiendo a las salas de cine con la ilusión de ver un Yippee-ki-yai dignamente envuelto en una historia creíble, un guión decente y una dirección aceptable.
No perdamos la esperanza de que vuelva ese carismático McClane con «una resaca de 3 pares de cojones» y cuyas frases ingeniosas no sonaban forzadas, que sufría con el dolor y que se preocupaba por solucionar situaciones límite en entornos locales, sus malvados villanos, y su humor desenfadado. Siempre con un buen reparto apoyándolo y por supuesto enfundado su cutre camiseta interior. Los mitos nunca mueren.
Visto lo que decís no tiene muy buena pinta. La 4ta entrega ya no me gustó y para mi perdió todo lo que era el personaje de Willis y la saga «Die Hard». Esta última no la esperaba, y de un inicio esperaba lo peor, visto los comentarios veo que no deja de ser una peli de tiros, que haría mejor en llevar otro nombre y no intentar beber de la saga.
La culpa es del señor Willis y de su poca exigencia para con el personaje, el guión y el director (el tipo que hizo Max Payne, ¿en serio no había nadie mejor?). Este ha sido el canto del cisne para esta serie y aunque pueda no agradar a alguien los ochenta y el modo de hacer cine en ese momento NO VOLVERÁ. Tampoco es ningún drama para mí.
Lo que sí lo es, es hacer las cosas sólo por dinero y que las películas las diseñen señores de marketing…Y a la luz de lo ocurrido en esta última parte de Die Hard se hace más que evidente lo que comento.
Aqui no hay cine, solo negocio basado en técnicas de venta.
Los únicos que se toman esta película en serio són quienes pagan la entrada, los que la han hecho no tienen ningún respeto por ella, empezando por el señor Willis.
Totalmente de acuerdo con Roger, se puede decir mas alto pero no más claro
También estoy de acuerdo. La desesperanza en este caso es ver que es el propio Bruce Willis quien se carga al personaje y no da el valor que merece tanto la saga como sus seguidores.
Esta entrega como película de acción, aunque nefasta, tendria un pase, pero no se puede aceptar dentro de la saga que representa. Sigue la premisa del cine de acción actual de espectacularidad sin sentido solo para el disfrute del sistema de sonido, pero no se da ninguna importancia a los personajes que aparecen en pantalla. En este caso es más sangrante por que el personaje ya lo tenian creado y no saben aprovecharlo, es más, lo ridiculizan. Ciertamente la peor de la saga.
Es una lástima, ya que Willis hace una semana parecía rendir homenaje a los 25 años de la primera parte, pero simplemente estaba de promoción.