Han pasado cinco años desde que el guionista y director Judd Apatow nos presentó a Pete y a Debbie en Lío embarazoso. Paul Rudd y Leslie Mann vuelven a encarnar a la pareja, que ahora está a punto de desmoronarse en Si fuera fácil, una película que mira con buen humor y sin censura la vida de una familia americana.
Después de años de matrimonio, Pete vive con tres mujeres, su esposa Debbie y sus dos hijas, Charlotte (Iris Apatow), de ocho años, y Sadie (Maude Apatow), de 13. Pete lucha para mantener su discográfica a flote, pero él y Debbie también deben aprender a perdonar, olvidar y disfrutar del resto de su vida… antes de que acaben matándose.
En su cuarta aventura detrás de la cámara, Judd Apatow no duda en ir al grano mostrando lo que una familia necesita para florecer y llevarse bien.
El resultado es un retrato profundamente honrado de los retos y recompensas del matrimonio y de la paternidad en la época actual. A través de la visión imperturbable del cineasta, seguimos a una pareja durante tres semanas mientras se enfrentan a momentos de sexo y romance, a triunfos profesionales y baches económicos, a padres que envejecen y a hijos que crecen.